Septiembre – Octubre
Paisajes vividos o imaginados
Carmen Montero

Con una pincelada suelta y fresca, Carmen Montero crea cuadros llenos de vida, con una atmósfera fresca y atrayente. Los paisajes, como ensoñaciones, parecen momentos congelados en el tiempo y crean historias a través de una sola imagen. El estilo de la pintora, a medio camino entre la figuración y el expresionismo abstracto, utiliza colores vibrantes y luminosos que dotan a los cuadros de una gran personalidad.

En esta exposición me he centrado en crear paisajes vividos o imaginados donde el paisaje actúa como protagonista. Paisajes o motivos vegetales que inducen un estado de calma invitándonos a sentir el efecto que la naturaleza produce en nosotros cuando nos adentramos en ella.
Una manera de disfrutar de la naturaleza dentro de las grandes ciudades, son los invernaderos. En estos espacios artificiales la naturaleza está confinada en construcciones transparentes para mantener microclimas particulares. Estos lugares me parecen especialmente mágicos porque nos hacen viajar. Nos transportan a otros escenarios con diferentes climas y vegetaciones exóticas.
La naturaleza es una continua fuente de inspiración para mi. En ella encuentro una infinita diversidad de formas texturas y colores. Colores que invitan a observar la variedad de tonos dentro de una misma gama de color.
Las cosas no son exactamente como las recordamos, al menos yo en la pintura lo que busco es como me siento en un espacio determinado o como mi cuerpo reacciona ante una situación en concreto, por eso me gusta expresarme mediante la pintura de forma figurativa combinada con formas más abstractas.
Me entretengo observando motivos vegetales en su hábitat natural , y en ocasiones aparece algún elemento arquitectónico, o alguna figura recreando escenas robadas, que hacen soñar historias.
Mi motivación es que cada cuadro tiene que ser especial y único. Cuidando los detalles, aplicando lo que ya sé y descubriendo cosas nuevas en el camino. Por eso, cuando encuentro el tema, investigo diferentes maneras de ejecutarlo hasta descubrir qué es lo que me interesa expresar y sintetizando la idea, y poder representar mejor lo que siento. En ningún caso pretendo que ese sentimiento corresponda con el del espectador.
Es la intuición la que me hace elegir el motivo, bien sea de algo que he visto, un recuerdo o un sueño. De ahí la elección del nombre de la exposición «PAISAJES VIVIDOS O IMAGINADOS».
