
Ignacio Fortún
De formación autodidacta sus inicios están ligados a la figuración, con obras de aparente ingenuidad y trasfondo crítico e irónico. Con ellas realizó su primera exposición en Madrid en 1986. En uno de los lugares de referencia en la Movida Madrileña. La Galería Ovidio.
Hacia 1988, con Paisaje Límite se aleja de cualquier referencia anecdótica y se vuelca de lleno en el paisaje desde una contemplación meditada, con la intención de evocar una realidad emocional, más allá del realismo. Bajo ese título los expone en la madrileña galería Sen, dando comienzo a una prolongada relación profesional con esta.
Becado por la Fundación Banesto en 1992, profundiza en el tratamiento del paisaje con una reducida gama cromática, Paisajes de destrucción, paisajes quemados. Los expuso en Arco y en la madrileña galería Sen bajo el título Ceniza húmeda.
El paisaje quemado le llevó al desierto. Intercambia imágenes de Monegros y Almería con los desiertos africanos. Luz y vacío de dos paisajes que son a la vez, cercanos y lejanos. Los expuso en la galería Senda de Barcelona en 1994.
Como consecuencia de este trabajo, en 1996 es propuesto para una beca de la Embajada Española en Indonesia. Durante tres meses pinta los arrozales y bosques de Bali.
En 1997 publicó con la galería Sen el libro de autor El verano en una esquina. Con este libro descubre el barrio donde pinta, y se descubre así mismo en un proceso de cambio que le llevará decididamente hacia el paisaje urbano, investigando a su vez en el zinc como soporte pictórico, donde materia y luz reflejada se convierten en elementos expresivos decisivos en su obra. Barrio y Jardín del obrero (2000-2006).
Los asiduos viajes en autobús a Madrid, la parada obligada en Esteras de Medinaceli y las pensiones baratas, se revelan como escenarios sugerentes para la reaparición de la figura humana en lo que será su nueva dirección de trabajo, Transito.
Fruto de la experimentación con la luz, ha realizado diversas intervenciones y puestas en escena de su propia obra, fuera de los espacios expositivos habituales. Consecuencia de esta reinterpretación de su trabajo, son dos cortometrajes del realizador Domingo Moreno: Jardín del obrero. Pintar con la Luz (2003) y Vislumbre (2006).