Matt Lamb nace en Chicago (USA) el año1932.

Desde antes, pero también en su tiempo, la ciudad es un centro de ebullición económica, social y cultural. Entregado al arte de la pintura, esto le llevará a un tipo de acción plástica muy personal que, ahora, tenemos presente aquí, al alcance de los que se acerquen a la obra.

Es como Matt Lamb siente la pintura. Para que se manifieste, y se aplica a ello desde los años setenta, hay su circunstancia personal, cuenta en el entorno inmediato con las coloreadas y síquicamente libres pinturas de los indios americanos, cuyas obras han sido reconsideradas desde la abstracción y desde el expresionismo contemporáneos.

Hay también los precedentes del muralismo mexicano – cuya justificación es la intensa expresividad impulsiva de cada creador – que quiere mostrar lo que es preciso decir al espíritu de la gente que vaga dentro de una sociedad que si bien predica la moral social y personal, no actúa en consecuencia. Todo ello sin olvidar la sensualidad comunicativa y emocional del color.